miércoles, 23 de mayo de 2012

Menos pobres, pero más inequidad

“Colombia es el séptimo país más desigual del mundo y el segundo en América Latina y el Caribe, después de Haití. Eso es una situación totalmente inaceptable. Por eso, nuestro énfasis en el Plan de Desarrollo tiene tres componentes: más seguridad, más empleo y menos pobreza”. Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, marzo 2012. Aunque desde hace más de una década, conocemos las profundas desigualdades económicas y sociales de nuestro país, dos informes recientes, divulgados durante la última semana, nos permiten dimensionar la magnitud de la brecha. El diario económico La República reveló el listado de las utilidades netas obtenidas durante 2011, por los principales grupos económicos del país. Comcel del mexicano Carlos Slim logró beneficios por un billón 143 mil millones de pesos; mientras el Grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento acumuló ganancias por un billón 111 mil millones. En un solo año. Y pensar que nosotros, en Risaralda, acabamos de aprobar un Plan de Desarrollo del departamento, en el cual se invertirá 1 billón de pesos, en cuatro años. En el segundo informe, el Dane indicó que la pobreza, medida por el ingreso monetario mensual de una familia en Colombia, presentó una reducción de 3,1 puntos, al pasar del 37,2% en 2010 al 34,1% en el 2011. En el caso de Pereira y su Área Metropolitana, el índice de Pobreza Multidimensional bajó 5 puntos, del 26,8% en 2010 al 21,6 en 2011. Esas cifras coinciden con el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas de noviembre pasado, en el cual Colombia mejoró los indicadores de calidad de vida, pero aumentó los niveles de desigualdad. El problema de las encuestas es que a veces son engañosas. El profesor Gustavo Colorado explicaba alguna vez que si tres personas se sentaban a almorzar y una de ellas se comía un pollo y las otras se quedaban mirándolo; la encuesta diría que a cada uno de los comensales le correspondió el 33% del pollo. Y según parece eso mismo es lo que está sucediendo en Colombia. El 10 por ciento más rico de la población colombiana recibe el 50 por ciento del Producto Interno Bruto; los grandes conglomerados económicos consolidan millonarias ganancias y si bien hay 10 ciudades colombianas, entre ellas Pereira, que crecen y se convierten en polos de desarrollo, hay 800 municipios, entre ellos Pueblo Rico y Mistrató, con niveles de pobreza e indigencia por encima del 50 por ciento, tal como lo recordó esta semana durante las discusiones del Plan de Desarrollo, el diputado Alonso Molina Corrales. Según los analistas, el gran inconveniente es que si bien los recursos del Estado están direccionados hacia aquellos municipios más pobres, con la Red Juntos o Familias en Acción; las deterioradas condiciones del entorno local, el desempleo, la tenencia de tierras en manos de unos pocos, dificultan que dichos subsidios se conviertan en reales herramientas de equidad social y queden solo como un medio de supervivencia, que además genera dependencia del mismo estado. En Colombia es necesario conjugar por las buenas el verbo redistribuir, si no queremos que palabras como “expropiación”, “nacionalización” y “socialismo del siglo XXI”, tan usadas en el vecindario, empiecen a calar dentro de los ciudadanos.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Los espejos enterrados Por Juan Antonio Ruiz Romero En su ensayo “El Espejo Enterrado”, el recién fallecido escritor Carlos Fuentes reflexiona sobre las contradicciones latentes en América Latina y asegura que “el continente americano ha vivido entre el sueño y la realidad, ha vivido el divorcio entre la buena sociedad que deseamos y la sociedad imperfecta en la que realmente vivimos”. El novelista mexicano destaca la herencia cultural múltiple y diferente del Nuevo Continente y la considera mucho más valiosa que el oro y las riquezas con las cuales se encandilaron los conquistadores españoles. Coincide Fuentes con Pablo Neruda, quien en “Confieso que he vivido” asegura: “Que buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de la tierra, de las barbas, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras”. Para Carlos Fuentes “la actual crisis que recorre a Latinoamérica ha demostrado la fragilidad de nuestros sistemas políticos y económicos. La mayor parte ha caído estrepitosamente. Pero la crisis también reveló algo que permaneció en pie, algo de lo que no habíamos estado totalmente conscientes durante las décadas precedentes del auge económico y el fervor político. Algo que en medio de todas nuestras desgracias permaneció en pie: nuestra herencia cultural”. Y añade: “Esa tradición que se extiende de las piedras de Chichén Itzá y Machu Picchu a las modernas influencias indígenas en la pintura y la arquitectura. Del barroco de la era colonial a la literatura contemporánea de Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez. Y de la múltiple presencia europea en el hemisferio —ibérica, y a través de Iberia, mediterránea, romana, griega y también árabe y judía— a la singular y sufriente presencia negra africana. De las cuevas de Altamira a los grafitos de Los Ángeles. Y de los primerísimos inmigrantes a través del estrecho de Bering, al más reciente trabajador indocumentado que anoche cruzó la frontera entre México y los Estados Unidos.” “Pocas culturas del mundo poseen una riqueza y continuidad comparables. En ella, nosotros, los hispanoamericanos, podemos identificarnos e identificar a nuestros hermanos y hermanas en este continente. Por ello resulta tan dramática nuestra incapacidad para establecer una identidad política y económica comparable. Sospecho que esto ha sido así porque, con demasiada frecuencia, hemos buscado o impuesto modelos de desarrollo sin mucha relación con nuestra realidad cultural. Pero es por ello, también, que el redescubrimiento de los valores culturales pueda darnos, quizás, con esfuerzo y un poco de suerte, la visión necesaria de las coincidencias entre la cultura, la economía y la política. Acaso ésta es nuestra misión en el siglo XXI.” Si alguien dudaba sobre la importancia de la identidad cultural en el desarrollo social, ahí tiene un argumento de peso, que además justifica los esfuerzos y el proceso en marcha para celebrar los 150 años de Pereira: Un buen momento para desenterrar los espejos y empezar a mirarnos nosotros mismos, con nuestras virtudes, fallas, grandezas e insignificancias.
De la zona C, a la zona P… Por Juan Antonio Ruiz Romero Con una actitud bonachona, en la que combina la concertación, pero sin negociar la gobernabilidad y el ejercicio de la autoridad, el alcalde de Pereira Enrique Vásquez sostuvo esta semana una reunión con los representantes de los bares, restaurantes, hoteles y vecinos de la Avenida Circunvalar, más conocida en tiempos recientes como la Zona C. El objetivo del encuentro era tratar de buscar acuerdos para que en un mismo espacio territorial puedan convivir la rumba y la diversión, con el derecho al descanso de los ciudadanos que residen en ese sector tradicional de la ciudad y quienes han sido desplazados, por la avalancha de negocios, la contaminación auditiva y los ilícitos que se ocultan en la permisividad y las sombras de la noche. El mandatario anunció estrictos controles para el cumplimiento de las normas de insonorización de los bares y discotecas; reiteró la prohibición del consumo de bebidas embriagantes en vía pública y la restricción para que menores de 18 años no permanezcan en las calles después de las 11 de la noche. El mayor inconveniente en la Zona C radica en que su crecimiento desenfrenado se produjo debido al desgobierno y complacencia de la pasada administración municipal, la cual, incluso, autorizó o se hizo la de la vista gorda, con la creación de nuevos puestos de ventas informales en el sector. Además de que la Circunvalar es un sector de estrato 6, hay consideraciones políticas y económicas adicionales que demuestran la prelación entregada por la administración a la zona C, la cual mereció incluso la designación de un gerente como interlocutor con los propietarios de bares, restaurantes y hoteles. Pero eso mismo, deberían hacer en la zona Centro, en Cuba, la Avenida 30 de Agosto o el sector de Cerritos, en donde también se efectúan importantes actividades comerciales. La presencia como inversionista en la Zona C del hijo del senador Soto, quién además integra una de las listas para la Junta directiva de la Cámara de Comercio de Pereira, demuestra un juego de poder y así lo han entendido los representantes de Asobares. Ojalá que esa misma habilidad la utilicen para recomponer ese sector de la ciudad porque al paso que vamos, Zona C va a significar: Caos, Congestión, Complacencia del gobierno, Contaminación auditiva, Conductores embriagados y Consumo de drogas. Hace pocos años, se planteó la iniciativa de construir en el sector de Galicia una gran Zona Franca de la Rumba, que incluso pudiera funcionar 24 horas, y en donde, al igual que sucede con los concesionarios de carros que salieron del centro, se ubiquen los casinos, discotecas, centros artísticos, serenateros, hoteles, y demás negocios, sumados a una oferta de restaurantes, bancos, locales comerciales y servicios complementarios, que, con una adecuada infraestructura, condiciones de seguridad y vehículos para el transporte de los borrachitos, pueda generar un nuevo polo de diversión para la ciudad. La revisión del Plan de Ordenamiento Territorial y los 150 años de Pereira permitirían analizar y viabilizar la propuesta, porque la rumba también puede ser amable y organizada.
SI HAY CON QUIEN Por Juan Antonio Ruiz Romero Por aquellas contradicciones de la vida, a veces los malos ejemplos son acogidos con mucha mayor facilidad. Sin embargo, debo decir que en Pereira hay procesos artísticos en marcha donde se refleja una saludable emulación y los resultados son bastante esperanzadores. En días pasados nos referimos a los Viernes de Teatro que con voluntad y constancia ha logrado consolidar la Asociación Pereirana de Grupos de Artes Escénicas, como un espacio semanal para la presentación de sus montajes y, en donde, dejaron de lado los celos e intereses particulares, en aras del beneficio colectivo y la proyección de su actividad actoral. Hoy me complace destacar el esfuerzo de los organizadores del Día Internacional de la Danza, celebrado el lunes pasado en el Teatro Municipal Santiago Londoño y en donde las escalas se convirtieron en sillas improvisadas, debido a la masiva asistencia de espectadores. La muestra dancística demostró la calidad alcanzada por las distintas organizaciones como resultado del trabajo, la perseverancia, el buen nivel de los maestros, el entusiasmo de los aprendices y el apoyo de los padres de familia. Gratificante ver al ballet infantil del Instituto de Cultura de Pereira, con sus dos estupendas puestas en escena de música árabe y de ritmos urbanos, en donde se demuestra la dedicación y disciplina de cuatro años de gestión ininterrumpida. Sorprenden la coreografía, talento y autenticidad del grupo Herencia Cafetera de Comfamiliar Risaralda; la audaz propuesta de Formas y Figuras; la versatilidad y elegancia de Miluzka; la creatividad del colegio Cristo Rey y la gran cantidad de talento desplegado por los distintos danzarines, durante más de tres horas de espectáculo. Eso sí, buena parte de esa “fiebre por la danza” que vivimos en nuestro departamento, se debe al alto nivel de grupos de gran trayectoria y reconocimiento como el Ballet Michua y el grupo Trietnias de la UTP; quienes demostraron que tienen público propio y son referente obligado para los que están empezando. La presencia del grupo musical y de baile de la Universidad Pedagógica Nacional permitió a los espectadores conocer la importancia de la investigación y la historia en la recuperación de expresiones autóctonas y se combinó con la gracia y desenvoltura de la pareja del Ballet Piura del Perú. Incluso los tradicionales problemas de sonido del teatro, la improvisación permanente en el guión y la ausencia de la cumbiamba La Gigantona, ganadora del Congo del Oro del Carnaval de Barranquilla 2012, anunciada con gran bombo, terminaron convertidos en problemas menores, al lado de la entrega y amor de todos los bailarines. La celebración del Día Internacional de la Danza en Pereira fue la demostración de que si hay con quién construir ciudad, alrededor de la cultura y el arte.

miércoles, 25 de abril de 2012

“Por querer hacer bonito…”

Por Juan Antonio Ruiz Romero Todos reconocemos en la canciller María Ángela Holguín su prudencia y buen juicio que la han llevado a reconstruir las deterioradas relaciones diplomáticas que existían en el vecindario, en el momento en que llegó al cargo. Sin duda la juerga del personal del Servicio Secreto de los Estados Unidos en Cartagena y el incumplimiento del pago a sus acompañantes, mereció demasiada prensa y terminó opacando otros temas discutidos en la Cumbre de las Américas. La ofensiva publicitaria por el mal comportamiento del personal de custodia del presidente Obama llevó a que incluso la aerolínea estadounidense Spirit ofreciera a Cartagena como destino de turismo sexual: “Más sexo por sus dólares”. Pero, como el conocido refrán de los abuelos, a veces “por querer hacer bonito, hacemos feo”. En una infortunada salida, con la mejor intención de defender a la Cartagena turística, cuna de grandes eventos y Patrimonio Mundial de la Humanidad, la canciller cayó en las peligrosas generalizaciones y en los mismos estereotipos que tanto daño le hacen a nuestro país ante el mundo. Revisemos en detalle: “A mí me genera mucha tristeza porque se ha vuelto como si Cartagena fuera la culpable. El culpable es el Servicio Secreto”, manifestó la canciller. Hasta ahí, iba bien. Y agregó: “La prostitución existe en todas partes”. Una verdad incontrastable, pero en ese punto debió guardar silencio. Pero, la traicionó la lengua: “Donde hay un hombre hay prostitución”, aseguró la diligente Ministra de Relaciones Exteriores. En sus oportunas y habituales reflexiones, el periodista Hernando Ayala, Observador del Desarrollo Inclusivo y de Disnnet Prensa Social, recuerda que “La palabra tiene poder. Las generalizaciones tajantes son las grandes enemigas del periodismo, diplomacia, comunicación, convivencia inclusiva. Es como aquello "todos los hombres son iguales de... infieles, perros, desleales…" (sentido peyorativo) o " todas las mujeres son… aquello y lo otro." (peyorativo, negativo). Ayala formula dos preguntas provocadoras: ¿Será que donde hay hombres sin dinero hay prostitución? o ¿Y si no hay hombres se acaba la prostitución? El comportamiento “impropio” de los escoltas del Servicio Secreto de EE.UU en Cartagena sirvió también para visibilizar situaciones conocidas, pero que se prefieren mantener en silencio. El gigantesco negocio de la prostitución, desde lo más exclusivo hasta lo marginal; la secreta complacencia de los hoteles que permiten el ingreso de las damiselas, entre las 11 de la noche y las 6 de la mañana, con el pago de un cargo adicional y la actitud machista y prepotente de los gringos que originaron el escándalo y terminaron perdiendo sus puestos por la incapacidad de honrar su palabra y pagar lo que habían pactado. En eso si tiene razón la canciller: La culpa no fue de Cartagena, sino de los disipados integrantes del Servicio Secreto. Disipados y faltones, agregaría yo.

El Zoológico en el Parque Temático

Por Juan Antonio Ruiz Romero. Después de numerosos desencuentros y de diferencias que, en algunos casos, llegaron a convertirse en asuntos personales, empiezan a vislumbrarse señales claras de un acuerdo entre la administración municipal y la Sociedad de Mejoras de Pereira, para que el Zoológico Matecaña forme parte del Parque Temático de Flora y Fauna. Vale la pena reconocer la actitud desprevenida del alcalde Enrique Vásquez, quién más allá de adoptar la posición jerárquica de muchos gobernantes, se convirtió en facilitador del proceso y en prenda de garantía, en especial para aquellos que se sentían desplazados y señalados como “la piedra en el zapato”. A ello se suma, la condición del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de destinar nuevas partidas para el proyecto, en la medida en que existieran consensos en la ciudad y la labor de equilibrista de las directivas de la Cámara de Comercio de Pereira para acercar a las partes y convertirse en garante de los acuerdos. La visita de esta semana al Ministerio de una amplia delegación “multiétnica y pluripartidista” como dirían los analistas políticos, es una demostración de los acuerdos construidos y de la intención de las partes de aterrizar un proyecto que lleva varios años pidiendo pista, pero con adversas condiciones atmosféricas. La salida planteada de que el Zoológico Matecaña, con su colección de animales, tenga su sede en el Parque Temático, como Unidad de Negocio independiente y manejada por la Sociedad de Mejoras de Pereira, es una propuesta tan elemental como inteligente y con la cual se derriban los muros que se habían levantado entre algunos de los protagonistas de esta historia. La Sociedad de Mejoras tiene la capacidad, el conocimiento y una trayectoria amplia en el manejo de los animales, los cuales, sin duda, serán gran parte del atractivo del Parque Temático. Además, al contar en la actualidad con una amplia oferta de especies, el zoológico le garantiza al Parque la posibilidad de abrir sus puertas, en una primera fase, en un tiempo mucho más corto de lo que estaba previsto en los cronogramas. O sea, como deben ser los negocios de verdad, aquellos en los cuales ganan y se benefician las diferentes partes. Como contraprestación, una vez se construyan los nuevos espacios para la colección de animales, la Sociedad devolverá al municipio el lote norte que le fue entregado hace varios años en comodato y que hace parte integral de los desarrollos previstos por el Parque Temático. Así mismo, el municipio recibirá los predios que hoy ocupa el Zoológico, con el fin de integrarlos al Plan de Modernización del Aeropuerto Internacional Matecaña. Esperemos que los avances registrados en las últimas semanas para darle mayor viabilidad tanto al Parque Temático de Flora y Fauna como al Zoológico pereirano puedan concretarse y que la primera piedra del proyecto que se puso hace 6 años deje ser la piedra de escándalo.

jueves, 12 de abril de 2012

Las historias de Yeimi y Wang

Por Juan Antonio Ruiz Romero

Aunque Yeimi vivía en las calles de Pereira y el joven Wang nació en Anhui, una de las provincias más pobres de China, sus tristes historias terminan concatenadas en un mundo global, pero dolorosamente deshumanizado.

Ella, de solo 13 años, deambulaba por los parques de la capital risaraldense buscando la forma de conseguir las drogas, de las cuales era adicta y que la habían convertido en un caso perdido para su familia.

Él, un adolescente de 17 años, que tentado por la moda y la tecnología, vendió un riñón a un grupo de traficantes de órganos, para comprarse un teléfono celular iPhone y una tableta personal iPad.

En plena Semana Santa, Yeimi murió de una sobredosis de cocaína, cuando se encontraba en compañía de un joven de 21 años, en una vivienda de la comuna del Rio.

En pleno año del Dragón, Wang sufre de insuficiencia renal y compareció ante un tribunal en la ciudad de Chenzhou, en la provincia de Hunan, para revelar los detalles del oscuro negocio y de la cirugía efectuada en abril del año pasado.

Mientras la familia de Yeimi se lamenta de la suerte de la jovencita, ¿quién se preocupa del futuro incierto de otros dos hermanos, menores de edad, que podrían correr con la misma suerte?

En las imágenes que le dieron la vuelta al mundo, aparece la atribulada madre de Wang, llorando en medio del desespero, pidiendo que alguien le explique en qué momento su hijo tomó una decisión tan impulsiva, sin medir las consecuencias para su salud.

En una enérgica declaración, la senadora Gilma Jiménez del Partido Verde, advirtió sobre las responsabilidades compartidas en la muerte de Yeimy: una familia que renunció a la responsabilidad de ver por ella y que tampoco reportó a las autoridades el estado de adicción de la niña. Un gobierno y una sociedad para la cual es natural ver a niños y niñas prostituirse en los parques y en las calles y en donde las anunciadas intervenciones sociales son solo cosméticas y para los medios informativos. Niños y niñas, adictos a las drogas que venden sus cuerpos y son sólo parte del paisaje urbano.

El Gobierno de la China ordenó la captura de cinco personas, entre ellas el cirujano que operó a Wang, acusándolos de daño intencional y de jugar con la salud del adolescente, quien, por aquello de las cadenas de intermediarios, solo recibió la décima parte de los 35 mil dólares, en que se negoció su riñón en el mundo de los trasplantes clandestinos.

Quizás Yeimi nunca se enteró de dónde quedaba China ni de la forma como traficantes de órganos se lucran con la salud del prójimo.

Quizás Wang se enteré a través del internet, en su iPhone y en su iPad, que en una lejana ciudad suramericana llamada Pereira, una jovencita de 13 años, vendió su vida por 25 mil pesos que vale un gramo de cocaína.